La compra de votos es el pan de cada día, ¿Cuánto está dando tu candidato?, ¡Eso lo hizo mi candidato por 40 votos!, ¡Me voy con el mejor postor!, ¡me prometió un puesto!, ¡Hará un traslado a mi familiar por 20 votos! Son las frases que se escuchan en el diario trascurrir de Corozal.
La pobreza crece, el hambre no se va, el desempleo trabajando, la competencia desleal dándose duro, el trasporte informal paseando, el empleo informal haciendo migajas, la salud se enferma cada día más, la situación fiscal y financiera en bancarrota, el deporte en receso, la movilidad inmóvil y la gente del común, las masa, los que deciden; negociando votos.
La corrupción cachea en Corozal, inició muy temprano su aplastante destrucción de la sociedad, sin embargo la situación económica y fiscal continúan críticas.
En esta oportunidad los candidatos al concejo se le ven desesperados buscando votos a costa de lo que sea, tanto que he visto y escuchado que están ofreciendo dinero por un voto al concejo, dinero por paquete completo de corporaciones, cemento, varillas, reformas, traslados, licencias de conducción, camisetas, pavimentos, puestos de trabajos, permanencia en los puestos, bultos de ñame y hasta prótesis dentales.
El proceso electoral que se efectuará este 30 de octubre no es un juego de pasión, es una realidad que debe ser democrática y con visión significativa para el futuro. ¡Despertemos! y démosle a esos candidatos que hacen esas prácticas antidemocráticas una cucharada de su propia medicina. Digámosle no a esos individuos y si ya le recibieron, voten por otro que llene sus convicciones y no por ese, porque si es corrupto ahora, lo será mucho después.
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